sábado, 12 de noviembre de 2011

Vuelta a casa.


Que sensación más extraña. Pensar que todo está atado, que todo está en el orden en el que lo dejaste. Pensar en que al volver el tiempo se habrá parado y podrás  reestructurarte completamente, que la gente no cambia y no se relaciona, que la gente no está viva en resumen.
 Amigo eso aquí no pasa. Te vas y todo cambia. Ese es el momento en que te planteas tu forma de pensar y te dices a ti mismo: ¿Debería haberlo hecho?
Lo más inquietante es que no tengo una contestación.

Olvidate de ti.

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