Hoy deje apartadas las montañas. Me adentre entre las aristas de cemento y mármol de aquella ciudad, y note otro olor, aire enrarecido, ruido atronador y miradas perdidas. Siempre pensé que este sitio no era el mío, que la arquitectura nunca me gusto, que vivir rápido no va con mi concepto de vida, que no encontraría nada positivo aquí.
Cambie de idea. Lo único que merece la pena de vivir en una ciudad, son los primeros 5 minutos que pasas al conocer a una persona nueva, imaginarte todas las posibles cosas que pueden llegar a pasar con ella, todo lo que podrías aprender de ella, todo el daño que te podría hacer y todo la paz que podría llegar a entregarte.
Tu vida la componen los primeros 5 minutos de todas las personas que conociste, los sueños que nunca cumpliste con ellas y los que se hicieron realidad.
ALEXANDER SUPERTRAMP
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